
Taller Intérprete 2do año
Entre la multiplicación de los artistas chilenos de soul, R&B y funk a mediados de los años 2000, la cantante Celeste Shaw hizo una aparición lo suficientemente diversificada como para poner su nombre en el circuito. Primero como de voz de apoyo y coros para músicos como Matahari, Raiza, Rapaces y Latin Bitman; y luego en una posición solista, que se concretó en Celeste (2012), con el que se sintetizaron sus propósitos en torno a la llamada black music.
Celeste Shaw nació en Londres en 1985, y en 1992 regresó a Santiago a reencontrarse con la familia materna. Así conoció el hip-hop, su primera vía de acceso a una música de esta naturaleza. Entonces comenzó escribir canciones basadas en rimas y ritmos, que llevó a bandas adolescentes hacia el año 2000. Como alumna de canto de la Escuela Moderna de Música, realizó un viaje de perfeccionamiento a Inglaterra que le permitió acceder a variantes más ricas de la música negra, siguiendo los pasos del soul, el pop, el funk, el R&B. Celeste Shaw pronto se instalaría entre una abundante generación de jóvenes voces, como Loretto Canales, Carito Plaza, Elisa Arteche y Martina Lecaros, entre otras. Entre sus colaboraciones musicales también aparecen la fusión de Pedro Villagra, el pop de Pedro Frugone y la electrónica de Leche.
En 2008, la cantante inició un trabajo solista que acomodó su voz y sus composciones al estilo del neo soul (o nu soul). Tras cuatro temporadas de proyecto, en 2012 publicó el disco Celeste, con canciones como “Casi ideal”, “Vuelo”, “Despierta ciudad!”, “De ti de mí” y “Ojos de extraño”, entre otras. A su primer trabajo como colaboradora de grupo pop y soul, Celeste Shaw incluyó en 2012 una participación vocal en el proyecto de música electrónica Leche, liderado por Leandro Muñoz, y que tuvo como cantante original a Marcela Thais hasta 2011.